Mientras en Ecuador, según la Convocatoria de la Senescyt (Secretaria
Nacional de Educación Superior Ciencia, Tecnología e Innovación), se define que 45 años es la edad límite para el apoyo de
becas en la formación de postgrados, lo cual desconoce el incremento de los
niveles de esperanza de vida, existen experiencias internacionales que muestran
la apuesta por la formación académica de las personas de la tercera edad
(T.E.) inclusive.
Este análisis se centrará en este último grupo, para ellos se reafirma el
hecho de que la educación es un medio de vinculación social y de realización
para los que pospusieron algunas metas personales; al respecto, UniTE de Lomas de Zamora en Argentina es un ejemplo a seguir.
Han pasado 2 años desde que la
revista Gestión publicó el tema “La tercera edad activa en el desarrollo
económico” y hoy ese tema lo vinculo a
la experiencia que tuve en este año con
“Las chicas”, mi grupo de amigas de la provincia de Buenos Aires conformado
por Olga de 86, Rita 64, Martha, Sylvia de
quienes aprendí de manera amena su experiencia, el impacto para sus vidas y
sobre todo, el alcance de esta propuesta de formación para la tercera edad, que
a diferencia de otros países, se la oferta de manera gratuita en la Universidad
Nacional de Lomas de Zamora, UNLZ.
Para Olga, una ex Proctora (Inspectora) de colegio, la jubilación se ha
transformado en una segunda oportunidad para volver a las aulas, esta vez como
estudiante, su curso es el de informática, no paga por ello al igual que los
aproximadamente 1,200 estudiantes que tiene este programa; en la actualidad, todos ellos distribuidos en aproximadamente 38
cursos que oferta la UNLZ con una duración promedio de 4 meses y clases presenciales de al menos una vez por semana.
Rita por su parte, retirada del ejercicio de Corredora de Seguros,
considera que a sus 64 años y con mayor tiempo libre, puede finalmente aprender
italiano, por ello con su clase semanal aspira poder completar sus estudios
sobre esta lengua en no menos de 2 años.
Ella no cuestiona la calidad de los cursos y confía plenamente que con ellos logrará su objetivo.
Lo interesante de tomar cursos de formación en esta etapa de sus vidas es
que no se ve el proceso como un medio para obtener un titulo que les de acceso
a empleo, sino que su enfoque esta en poder experimentar esta oportunidad de
enseñanza aprendizaje, diseñada especialmente para este grupo, con la
posibilidad de integración social con gente de su edad.
Según la información publicada por la UniTE, para la inscripción a estos cursos no se requiere probar formación
previa, los únicos requisitos son: tener 60 años o mas y la presentación de su identificación
personal. No hay pago de inscripción, ni se toman pruebas de evaluación de
manera obligatoria, la única condición es asistir a todas las sesiones para la
obtención de los certificados de formación.
Los 38 cursos que imparte la UniTE se desarrollan en 5 áreas: Humanidades y
ciencias sociales, comunicación, arte y literatura, informática y también
idiomas como ingles, francés e italiano, etc. De estos, se destacan títulos
como: “Mitos y verdades acerca de la memoria”; “El cuerpo humano y la actividad
física en la tercera edad”; “Cuestión de género y sexualidad en los tiempos de
la postmodernidad”, “Iniciación en el lenguaje radiofónico”, “Comunicación y
análisis del discurso”, “Fotografía digital”, “Internet Básico”, ”Dibujo artístico
y pintura”, etc.
Estos programas de formación para la tercera edad ya han sido desarrollados en otros países desde hace más de dos décadas y ejemplo de ello son:en Francia, España, Chile, etc. pero lo diferente de la UniTE adherida a la UNLZ es que ha mantenido la idea original de gratuidad con la que se desarrolló desde el año 1998, surgida por la inquietud de 5 docentes, entre ellos los profesores Solotof y Tognolotti, que ajustaron sus agendas y a titulo gratuito impartieron 5 cursos de 30 personas cada uno en su primera edición.
Dos años después, en el año 2000, la Municipalidad se adhirió a la idea, y financió parcialmente el presupuesto de estos cursos pero es desde el año 2005 cuando se logra separarlos de la extensión universitaria e incorporarlos en el presupuesto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), por lo cual los cursos forman parte de la carga académica de sus docentes y de las actividades de esta facultad; es decir, cursos de pregrado y de la tercera edad.
Ellos declaran
“No queremos ni eterna juventud, ni exclusión; queremos ser actores y
protagonistas de la vida, por eso estamos aquí en el programa de UniTE”
Al respecto, es
un gran desafío asignarle un valor económico o la cuantificación de los niveles
de bienestar que se desarrollan producto de la ejecución de este proyecto, pero
trato de imaginar los efectos en los
diferentes grupos que forman parte de esta actividad: docentes, jubilados, los estudiantes de la universidad,
etc.
Según lo comentan los maestros participantes, la experiencia es reconfortante porque estos estudiantes son muy educados, responsables y agradecidos, le dan al maestro el trato e importancia, olvidada en los últimos años. Los estudiantes valoran la oportunidad y aprovechan cada minuto en clases, son activos y eso es una gran motivación para participar como docentes.
El impacto para estos jubilados es aún invalorable, ¿Cómo se mide el valor de la alegría de un ser humano? ¿De varios?, hay muchos que encontraron en esta actividad una motivación de vida, los que encontraron parejas, se realizaron a tal punto que algunos de los mas jóvenes quieren seguir la carrera de pregrado, porque ya rompieron las barreras socio afectivas que les impedía tomar este desafío a su edad.
El impacto para estos jubilados es aún invalorable, ¿Cómo se mide el valor de la alegría de un ser humano? ¿De varios?, hay muchos que encontraron en esta actividad una motivación de vida, los que encontraron parejas, se realizaron a tal punto que algunos de los mas jóvenes quieren seguir la carrera de pregrado, porque ya rompieron las barreras socio afectivas que les impedía tomar este desafío a su edad.
El valor para la
universidad y el entorno con que se educan los jóvenes de pregrado es también
de gran relevancia. Los chicos se encuentran en los pasillos, en el restaurante
de la universidad, en la biblioteca con compañeros de la edad de sus abuelos,
pese a que no comparten aulas, la población que comparte las áreas externas a
ellas, ha sufrido una recomposición demográfica significativa y con ello se
generan niveles de empatía, integración social, y sobre todo de
tolerancia, de gran importancia en una sociedad con mayores niveles de
tecnología y menor contacto personal.
Además de la integración social, aprendizaje de temas de interés, resulta interesante evaluar el efecto indirecto que estos programas han tenido en la motivación que les ha generado a los de la T.E. para la formación inclusive a nivel de carrera profesional. Esta incursión en las aulas, genera un nivel de confianza que no se lograría de manera tan natural como si se desarrollara una campaña de formación o inclusive como a diferente nivel generan los programas de alfabetización.
La inscripción a
los distintos temas de formación, son de selección libre por estos estudiantes
por lo que la oferta se va ajustando a sus requerimientos; al respecto, informática es uno de los mas demandados. Es
un primer paso para interesarse, explorar y descubrir si se esta apto o no para
un desafío mayor, en un entorno que facilita su desarrollo.
Todos estos
esfuerzos tendientes a mejorar la calidad de vida de las personas de la tercera
edad, también mejoran la de los que conforman su entorno, yo aun me río a solas
de todas las experiencias y de la gran ternura con la que Olguita comentaba las
tareas que debía realizar, lo importante que era su profesor y el entusiasmo de
tener que hacer su tarea. La observaba ingresar a la computadora como una
ventana a través del tiempo. Conmovida y en silencio, me alegraba ser testigo de ello, que el tema del artículo de noviembre de 2010 tenia
aplicación y lo positivo de sus resultados.
Ella inspiró este relato que comparto, para que sea conocido el programa y se plantee un desarrollo similar en nuestro país, probablemente para muchos, las necesidades en nuestro país sean mas básicas que pensar en estos cursos de formación para la T.E., pero creo en la constancia y las iniciativas que con paso firme, contribuyen hacia un objetivo mayor; por ello, mientras se van supliendo carencias básicas, quizás otros grupos, en la medida de su posibilidades, puedan trabajar en paralelo en una oferta similar a la de la UNLZ.
Pensemos en un Ecuador así, en un entorno con facilidades de desarrollo para quienes están dispuestos a ampliar sus perspectivas, en esta nueva etapa de sus vidas, la que para muchos de ellos representa una segunda oportunidad para su realización personal.
Mariela Méndez Prado
Profesora de la Facultad de Economía y Negocios de
ESPOL
smendez@espol.edu.ec
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