Please feel free to read and cite any published document: Silvia Mariela Méndez Prado, smendez@espol.edu.ec ESPOL Polytechnic University, Escuela Superior Politécnica del Litoral, ESPOL, Faculty of Social Sciences and Humanities, Campus Gustavo Galindo Km 30.5 Vía Perimetral, P.O. Box 09-01-5863, Guayaquil, Ecuador.

jueves, 23 de abril de 2015

Monedas complementarias y sociales en Ecuador: Pertinencia y sustento a la moneda vigente.


En el Ecuador durante un poco más de un  quinquenio, se han generado una serie de medidas contra cíclicas bajo un marco de  precios altos del petróleo y  un esquema de dolarización, que han logrado  mitigar algunos problemas del sistema económico ecuatoriano; pero, las medidas de inyección de liquidez realizadas en diferentes momentos, no han logrado frenar la salida de divisas al exterior por el consumo de bienes importados y flujos financieros  tendientes a dejar dólares fuera de la economía.

Con ese reconocido  problema de liquidez que muestra el sistema ecuatoriano y la propuesta  en el Foro Económico de marzo 2015 en el IAEN (Instituto de Altos Estudios Nacionales) sobre la implementación de monedas sociales y complementarias –MSyC- como alternativa para su fortalecimiento; se vuelve necesario ampliar su análisis, revisando su pertinencia y la forma en que pueden ayudar al incremento de transacciones en el país; evitando, la salida de divisas constante que está afectando la liquidez de la economía y la estabilidad de la moneda actual.

Con  el impulso de MSyC , usualmente promovida por comunidades, se generaría una menor presión hacia una moneda única y se lograría generar la  liquidez perseguida vía velocidad del dinero sin emisión monetaria como lo refiere la teoría monetaria tradicional y a la que de paso, Ecuador no tiene acceso.

Publicado por Revista Gestión, sept 2015: Ver Artículo


´  “El sistema financiero actual está programado para que tarde o temprano colapse. Necesitamos poner en marcha estas alternativas con monedas sociales complementarias  para superar los fallos sistémicos.” Yasuyuki Hirota
´  Si el dinero es de quien lo crea, cambiar las reglas es posible”. Pau Llop

Qué son las monedas sociales y complementarias MSyC

Las MSyC son un medio de intercambio con fines sociales, de alcance inmediato, gerenciado por la comunidad. Su implementación diversa y constante a la par  del dólar –en el caso de Ecuador- junto a su versión electrónica, ayudan a mitigar la presión sobre una moneda única,  fomentan la velocidad en transacciones que se consideran necesarias para dinamizar la economía y ayudan a reducir  la salida de divisas como consecuencia de ello.

Estos sistemas también se conocen como sistemas monetarios paralelos, o paramonedas y no nacen para reemplazar  la moneda oficial – algunos se redimen con la moneda oficial y otras crean una valoración particular-, sino como un  complemento que permite generar un medio de aceptación y pago y con ello se movilizan recursos locales improductivos u ociosos.

Según Julio Gisbert Quero, las siguientes son formas de crear dinero social:
  •  Intercambio de productos y servicios
  • Intercambio de dinero oficial
  • A partir de productos reciclados y producidos artesanales
  • Directamente, dinero fiduciario
  • A partir de financiación colectiva, dinero comunitario
Según expertos, la generación de  MSyC  puede tener muchas explicaciones pero generalmente es propicia en entornos donde existe: 1)  carencia de medios de pago –como lo hacen las comunas alejadas del sistema financiero, sin bancarización-, 2)inflación elevada, 3) elevadas tasas de interés asociadas a la moneda oficial, 4)Hiperinflación – como en Argentina cuando se generaron los “patacones” como sistema paralelo-.

De todo ello, Francisco Cortez García de Cajamar cita como características del sistema  de MsyC, las siguientes:
·       Complementariedad con la moneda oficial.
·       Control efectivo del sistema por parte de la comunidad (autogestión monetaria).
·       Bajos o nulos tipos de interés asociados a la moneda local.
·       Crédito inicial para fomentar los intercambios.
·       Nacen de la voluntad de los participantes: el dinero nace por el simple acuerdo de los miembros de la comunidad que lo van a utilizar.
·  Sencillez de los sistemas, aunque no hay que obviar la complejidad que implica su funcionamiento práctico.
·       Son monedas de vecindad.
·       Moderada acumulación, y por consiguiente menor desigualdad de la riqueza.
·       Ausencia de inflación (adecuación de la economía monetaria con la economía real).
·       Complemento de un sistema de crédito mutual o microcréditos.
·       Oxidación de la moneda.

Bernard Lietaer  por su parte, como expositor del foro de  marzo 2015 en IAEN, es un  experto prestigioso que promueve el uso de monedas complementarias, entre ellas la oxidación monetaria como una medida efectiva de sostenibilidad de sistemas monetarios y entre su amplia producción bibliográfica se destacan títulos como Money and Sustainability, The Missing Link y Rethinking Money donde se pueden encontrar ideas que conmocionan la forma de pensar tradicionales de quienes hacen política económica y monetaria.

Él lista algunos de los posibles emisores MSyC y en ella se reconoce que muchos sistemas como la acumulación de millas de aerolíneas, clubes de compras y puntos, vistos hasta ahora sólo como programas de fidelización de clientes, son de alguna manera, mitigadores del uso de la moneda oficial contribuyendo a generar transacciones de compra-venta bajo sus sistemas de valoración y retribución a sus clientes.
  • Gobiernos Centrales.
  • Gobiernos Regionales.
  • Alcaldías de Ciudades.
  • Agrupaciones de Empresas (por ejemplo WIR, clubes de millas, C3).
  • Empresas individuales (supermercados)
  • Asociaciones y Comunidades.
  • Grupos culturales, sociales, ecológicos, etc.

Desde esta lista, Lietaer en su libro Money and Sustainabilitiy- The Missing Link-, cita experiencias desarrolladas desde el sector privado -sean asociaciones, empresas u ONGs -: Doraland, Wellnes Tokens, Natural Savings, C3, Terra y desde el  gobierno – municipal, central o regional-:  Torekes, Biwa, Civics, ECOs. Él, en su exposición hizo énfasis como recomendación para la implementación de C3 en Ecuador al igual como lo ejecutan con éxito Brasil y Uruguay.

Interés o no interés
El dinero, según Lietaer 2001, es un acuerdo voluntario de la comunidad para la aceptación de “algo” como medio de pago en sus transacciones; sin embargo, cuando de las funciones del dinero se destaca  la de “depósito de valor” automáticamente presiona su escalada acumulativa apoyada por el interés.

El interés, por su parte, como lo reconocemos hoy de manera natural, no siempre fue así y él menciona que en las economías islámicas el interés no puede ser incluido en el orden moral ni en la lógica económica. Y en las tres grandes religiones monoteístas, sin excepción, la usura es desaprobada y condenada por sus respectivos órdenes morales. Por ello, quienes defienden la economía solidaria en la que se basan las MSyC culpan al interés de provocar disfuncionalidades y perversiones económicas-morales dado que promueve la concentración desproporcionada de la riqueza, fomenta la competencia sistemática y propicia el crecimiento económico interminable.

El interés compuesto genera la curva exponencial de la acumulación y de la desigualdad perenne entre los hombres y con ello la inflación; la multiplicación exponencial del propio dinero que impone la ley del interés compuesto; los intereses encubiertos asociados a todos los productos que consumimos; la desigual posición, y, por tanto, los desiguales beneficios de los distintos agentes ante la ley del interés, etc.. La mayor parte de estos problemas asociados al dinero, entendido en su acepción más capitalista, han sido magistralmente expuestos con un mayor detalle por diversos economistas, entre los que se destacan Silvio Gesell (1958), de Margrit Kennedy (1988) y de Bernard Lietaer (2001).

El precursor  de las MsyC y de  la oxidación de la moneda, Silvio Gessel con su libro The Natural Economic Order-1916-   refiere a la oxidación (caducidad) como una suerte de tributo, de carácter no recaudatorio, que evita la acumulación del dinero porque al  estar gravada la tenencia de la moneda incentiva su  circulación rápida y fomenta  el intercambio. La célebre tasa Tobin, relacionada con el control de cambios en el ámbito internacional, no es sino una aplicación concreta al tráfico internacional de capitales de las teorías y de las ideas de Silvio Gesell, según Cortéz García.

Un poco de historia de MsyC
Los sistemas monetarios y financieros convencionales, asociados al sistema capitalista, han sido objeto de numerosas críticas y responsables de importantes crisis según sus detractores. A partir de la debacle bursátil y deflacionista de 1929, como prueba de la debilidad estructural del sistema, surgieron las primeras iniciativas modernas de MsyC donde muchas comunidades se vieron a obligadas a crear monedas de emergencia para paliar los efectos de la escasez de moneda oficial.
La historia muestra iniciativas de desarrollo de monedas locales también, Lietaer en su obra (2005, pp. 263-264)  menciona que poblaciones norteamericanas  antiguas, utilizaron insólitos sustitutos de la moneda oficial, como colas de conejo y liebre (Olney, Texas), pequeñas conchas marinas (Pismo Beach, California), o, incluso, discos de madera (Petaluma, California. En el antiguo Egipto se crearon monedas locales y su desarrollo se asocia a la bonanza económica del lugar. En la Edad Media y en el sistema feudal se crearon este tipo de sistemas monetarios, donde las grandes catedrales de la Europa del Medioevo fueron financiadas con  breakteats o monedas locales y los trabajadores fueron remunerados con ellas.

Los sistemas que murieron de éxito.
La experiencia Woergl (1932 , Austria) y Wara  (1931, Alemania) fueron de implementación exitosa pero por presiones del sistema bancario centralizado y del dinero oficial aún recelosos del sistema que se replicaba en muchos otros sitios, delimitaron su fin y con ello se generó la frase de que el modelo de Woergl  y Wara murieron de éxito.

Durante la Gran Depresión, en Woergl un pueblo Austriaco de 5 mil habitantes con problemas de desempleo y sin oportunidades de recuperación económica para generar infraestructura que promueva el desarrollo, su Alcalde como seguidor de las ideas de Silvio Gessel en torno a la oxidación monetaria –con duración finita y conocida- emitió “Schillinge libre”, una especie de moneda o bono municipal destinado a financiar las inversiones públicas en el municipio sin intereses y convenció a los comerciantes del pueblo para que sean aceptados como billetes complementarios en sus transacciones diarios, reforzando su uso mediante el pago de sueldos con  Schillinge-libre a los funcionarios municipales.

Adicionalmente, para elevar la velocidad de transacciones, incorporó su oxidación, perdiendo un 1% mensual del valor original por lo que a cabo de un año ese 12% de oxidación (caducidad) generaba un tributo o contribución (clásico señoreaje actual) que permitía financiar los proyectos municipales; es decir, se lograba velocidad porque al saber que perdía valor , este rotaba más rápido y de paso generaba una recaudación indirecta.

El éxito de este experimento trascendió  y se replicó en fronteras del que se cita adicionalmente como logro, la reducción del desempleo en un 25% en un contexto donde el desempleo aumentaba entre sus vecinos sin MSyC.

Por su parte en Wara, un pueblo minero alemán con 500 habitantes se logró reactivar su economía dado que la MSyC “wara”  respaldada en  la producción minera, permitía el pago de alimentación y servicios en un lugar donde no había otra moneda, los comerciantes se resignaron y la aceptaron como medio de pago. Su oxidación era del 2% mensual como una representación de su costo de almacenamiento y acumulación. Según estadísticas oficiales  el Wara permitió salvar la mina, incrementando  negocios y empresas; y, permitiendo que más de dos millones de personas manejaran de forma cotidiana la moneda.

Estos dos referentes murieron de éxito, el Wara en 1931 con el Banco Central Alemán receloso de este sistema de monedas complementarias, lo declaró definitivamente ilegal a pesar de tratarse de una moneda no inflacionaria anclada  al precio del carbón

Pese a ello, en 1934 en Suiza se generó el Wir- Nosotros- que es la más relevante de las monedas iniciales, dado que aún funciona en la actualidad aunque ha tenido que adaptarse a cambios para su permanencia. En 1948 dejó de ser oxidable y pese a que sus inicios fueron como una cámara de compensación comunitaria hoy es un Banco Cooperativo que cuenta  con unos 100.000 socios en este país y moviliza una economía de unos 2 millones de euros, permitiendo el desarrollo de numerosas micro y medianas empresas.

Sus clientes operan en un sistema cerrado sin requerir  el franco suizo como moneda oficial por lo que es especialmente interesante para atraer nuevos clientes y miembros a la organización bancaria y sus  tasas de interés son más bajas –desde que se dejó de oxidar- que las del Franco Suizo. La tendencia ha demostrado que el uso del wir se incrementa cuando hay decrecimiento en la economía y se reduce cuando se percibe un mayor crecimiento en ella.

En esa línea, en la Unión Europea existe una política regional que impulsa  monedas sociales y regionales. Alemania cuenta con más de 60 de ellas y en Francia cuenta con seis regiones aplicándolo.

La generación de versiones de Monedas complementarias es amplia aunque el principio no cambia: fomentar la velocidad en transacciones que se considera necesaria para dinamizar la economía y ayudar a implementar un sistema de pago con una moneda nueva que coexiste con otros sistemas monetarios. A continuación se resumen otras iniciativas:

Local Exchange Trading Systems (LETS), British Columbia 1983. Actualmente presentes en 24 países y agrupan en torno a 250.000 miembros. Es un sistema bancario paralelo basado en una moneda sin fluctuación que impide que la riqueza salga del ámbito local, es un crédito-débito cuya unidad de intercambio en su origen fue el Green-Dollars. Las personas se inscriben ofertando habilidades, bienes o conocimiento, y a su contribución se le asigna un valor. El sistema no tiene una existencia física, y es la capacidad productiva total de la comunidad es la que da respaldo y garantía a la moneda.
Ithaca Hours, Paul Glover, 1990. Formado por unos 2.000 miembros que aceptan horas a cambio de bienes y servicios. Las horas en Ithaca valen USD 10 y los comercios que están de acuerdo en entrar en el sistema reciben un crédito inicial para fomentar los intercambios. Es un sistema cerrado para los  miembros  con un banco  que regula y ofrece información a los usuarios actuales y potenciales.
Los clubes de trueque, Argentina, 1990 .Comenzaron con un par de decenas de personas y en menos de 5 años ya  contaba con unos 800.000 miembros de todo el país. Se tratan de asociaciones de ayuda mutua basadas en el trueque de productos y servicios.

Time Dollars (www.timedollar.org) , Edgar Cahn, 1986. Implantado en torno a 40 estados de la Unión (USA) y base para el desarrollo del Banco del Tiempo. Moneda local que utiliza el tiempo como unidad y valor. Combina el concepto de trueque con el de voluntariado por lo que transforma en poder de compra el tiempo libre de las personas. Se transforma trabajo voluntario en trabajo cuantificado e intercambiable.

Por su parte en Ecuador, en la ciudad de Loja noticias de un diario local de noviembre de 2013 presentan una experiencia piloto sobre Banco del tiempo, promovida en el Ministerio de Justicia de esa localidad.

En la actualidad conectando la experiencia internacional con la nacional debe citarse a a STRO (Social Trade Organisation) de los Países Bajos, una red que crea sistemas monetarios comunitarios alrededor del mundo  y que en Ecuador tuvo gran cobertura mediática su impulso a  las UDIS (Unidad de Intercambio Solidario) junto a la Fundación Pachama, la Red Nacional de Finanzas Populares y Solidarias del Ecuador (Renafipse). Estas UDIS servían para la adquisición de productos de ciertos locales de la zona pero tuvieron restricciones para su desarrollo porque su generación no era por un colectivo como asociación sino que se promovía por la Cooperativa Integral que era parte del sistema Financiero Nacional y allí su promoción contrariaba la ley respecto a la emisión única del Gobierno y el principio de asociación que es la principal fuerza y razón de las monedas sociales.

UDIS junto a STRO, según Donate Zúniga de Comal , circula en forma paralela a la moneda nacional en unos 35 países en el mundo, en el caso particular de Honduras, La UDIS tienen tres medidas de seguridad: reflectores ultrarrojo, marca de agua y un código de emisión.

La iniciativa fue muy buena pero el quién lo promovía en Ecuador fue su principal debilidad.

La propuesta de monedas complementarias y sociales en Ecuador

En el cuadro siguiente se recoge la idea central, donde  la realidad de una moneda principal y con base electrónica se acompaña el uso del cuasi-dinero y de monedas complementarias sociales como medidas efectivas en la generación de la liquidez requerida para dinamizar la economía ecuatoriana.


En MsyC, el sentido de comunidad puede sustituir al Capital y la  priorización de la velocidad versus oferta monetaria.

Según Lietaer, “la dolarización ayuda a mejorar las cifras macroeconómicas, generalmente de economías duales, pero, en muchos casos, no supone un estímulo para la economía local. La dolarización implica aumentar la escasez del dinero, por lo que ésta se convierte en un verdadero obstáculo para la promoción del desarrollo local y comunitario. En este sentido, los sistemas monetarios complementarios vendrían a paliar los efectos de esta escasez aumentada por la polarización”.

Trond Andersen, también expositor en IAEN marzo 2015, menciona en uno de sus artículos que  “El dinero electrónico puede ayudar a  contener a una economía sobrecalentada principalmente a través del control de la velocidad y no de la oferta del dinero. Este es un tema necesario a explorar y convencer a los académicos y tomadores de decisiones que  tener déficits presupuestarios de gobierno: necesarios, grandes y persistentes en economías deprimidas, no es "irresponsable" y no tiene por qué implicar una fuerte  inflación en situaciones posteriores de bonanza económica.”.

Con ello, la propiedad de velocidad referida por Andersen para el dinero electrónico es aplicable también a las monedas sociales, porque ayudan al aumento de esa velocidad perseguida en condiciones puntuales de restricción para el aumento de oferta monetaria que es lo que tradicionalmente se perseguiría ante un evidente déficit presupuestario.

De las experiencias de sistemas de dinero electrónico privados y de lo conocido en el Encuentro de Bancos Centrales en Sudáfrica 2010; el Ecuador ha tomado una vía segura, en cuanto a lo que velocidad se refiere, con la implementación del dinero electrónico coordinado por el Estado. Esta forma de administración  salvaguarda principios de soberanía y elimina problemas de interoperabilidad que tienen los sistemas privados aplicados en la mayoría de los países  que cuentan con emisión electrónica.

En la línea de fortalecer la velocidad del dinero sin recurrir al aumento de emisión monetaria, las monedas sociales complementarias que puedan desarrollarse en paralelo como acompañantes  del dólar, moneda oficial por más de una década, es parte de la motivación que se requiere generar para que desde ONG’s organizaciones no gubernamentales, comunidades, clubes, etc., se pueda impulsar su uso como complemento.

Por ello se requeriría integrar esfuerzos de la ciudadanía y comunidad  en general, para mitigar la presión que actualmente tiene el dólar tanto en su uso como en la salida de divisas.

En monedas sociales y medios de intercambio alineados con estos resultados  se  pueden analizar alternativas de: oxidación monetaria, club de trueque, programa de fidelización como puntos y millas, banco del tiempo, etc.

Por ejemplo, la oxidación monetaria según explican los expertos, consiste en la emisión de un “papel moneda”, usado como medio de intercambio complementaria, que  en forma periódica se va depreciando o reduciendo en valor;. La oxidación  rompe el concepto del dinero tradicional que tiene un valor constante, que se atesora y que demanda un interés  por su uso para aumentar los niveles de riqueza  de quien lo acumula; todo esto, contra una moneda expirable en fecha conocida  que circula velozmente con el fin de usarlo en el consumo más que en la acumulación.  Una consecuencia importante en su implementación es que además de aumentar la velocidad redunda en una paulatina reducción de tasas de interés ya que con su expiración  se disuade la conducta de atesoramiento o acumulación.

Otra opción explorable es el Banco del Tiempo, que consiste en un sistema comunitario centralizado de administración  del débito y crédito de horas de trabajo; por ejemplo, horas de un contador contra servicio de plomería, de un abogado que requiere clases de inglés, etc., y en ello se descarga la presión de uso de monedas  y se aumenta la velocidad transaccional. Para su desarrollo se requiere el trabajo  organizado de un agente administrador, que puede ser desde un líder barrial, una municipalidad, etc.; que actúe como sistema de control y asegure rendición de cuentas para la transparencia del sistema. Internet es un gran aliado para el desarrollo de estos sistemas que permita la inclusión, transparencia y control.

Según Cortéz García, existen softwares libres, que permiten automatizar las transacciones como si de un banco se tratara, y, obviamente, la unidad de cuenta es la hora. A través de ese software se puede abrir cuentas corrientes, se pueden pedir préstamos, etc. El desarrollo de dicha aplicación, que se va perfeccionado a través de sucesivas versiones, pretende facilitar la creación de bancos del tiempo en los distintos ámbitos de asociaciones y comunidades para el desarrollo de servicios habituales como asistencia en el hogar (atención a niños, mayores, cocina...), la educación (clases particulares), las reparaciones, los consejos, la compañía, el transporte y el desplazamientos (recados), las actividades recreativas, etc.

Los clubes de compra de millas también ayudan a aligerar la presión sobre el uso de moneda cuando bajo sistemas de acumulación de puntos (medio de intercambio) por ejemplo, permiten que sus miembros puedan canjearlos con otros servicios y productos. Este enfoque visto  más como un sistema de fidelización comercial puede impulsarse como un medio de promoción de liquidez monetaria donde su coexistencia es favorable a la economía; por ello, es un tema relevante a difundir y promover desde quienes hacen política económica.

La propuesta de Lietaer para Ecuador es mucho más específica y la denomina  C3: algo como el WIR de Suiza como moneda contra cíclica pero sumado a su convertibilidad.  Su análisis se basa en que  las PYMEs son presionadas para que paguen rápidamente (por ejemplo 30 días) pero éstas reciben sus pagos lentamente (por ejemplo 90 días) y los Bancos no están interesados en financiar esta brecha, pero él considera que aquí   la implementación del C3 o “wir convertible” permitirá que su tenedor pueda cambiarlo a USD con costos (intereses más gastos bancarios) o puede pagar a sus proveedores en C3 sin costos. Adicionalmente, con ello se puede generar una expansión en los negocios .

Conclusión
La composición del ingreso que se  concentra en un producto vulnerable a fuerzas de mercado, estrategias geopolíticas y especulación vuelven reactiva a la economía de cualquier país, que atado a la adopción de una moneda  extranjera como propia, cuyo circulante se drena como el mejor de los “activos exportables”, generan el marco propicio para mantener en zozobra constante a los responsables de política económica. Diversificación en ambos casos, sería la clave para generar libertad de maniobra.

El avizoramiento de una crisis genera oportunidades y esta vez la más importante es la de concertación nacional, reconocer que el trabajo de mitigación del problema actual requiere el compromiso y acción de todos sus actores: sector público y privado, gobierno y ciudadanía; cada uno dentro de sus roles. Por ello, la  administración pública debe concertar y difundir acciones sencillas para el uso del dinero electrónico como ya lo viene haciendo desde  el estado y de las monedas complementarias para su fomento y desarrollo desde la comunidad; esfuerzos y actividades complementarias, que permitan fortalecer la estabilidad económica y monetaria, tarea dinámica y constante que nos atañe y favorece a todos.

Por su parte, las nuevas tecnologías permiten reforzar las redes sociales y la implementación de sistemas monetarios complementarios. Un ejemplo claro es la proliferación de los bancos del tiempo.

Según Lietaer, Ecuador tiene obligación de inventar nuevos modelos de desarrollo  sobre innovaciones monetarios ante su evidente dependencia del dólar y petróleo, puede convertirse en pionero del siglo 21 no sólo digitalizando el dólar (dinero electrónico) sino promoviendo una palanca fiscal descentralizada  con monedas complementarias que el den valor y movimiento a la economía quitando presión al papel moneda actual.

La implementación de monedas sociales, ha sido una forma natural de desarrollo con vastos ejemplos de éxito alrededor del mundo de principios del siglo 20 y como complemento al manejo electrónico del dólar por parte del Estado, se recomienda el impulso a la generación de iniciativas desde la comunidad, ONGs, clubes, grupos barriales, que como conglomerados tomen conciencia que es una forma de desarrollo óptima y que con el sentido de comunidad se puede sustituir al Capital fortaleciendo una vez más el sistema monetario ecuatoriano, por quitar la presión de demanda en una moneda única logrando la velocidad requerida y hasta con suerte, la reducción paulatina de tasas de interés.

Mariela Méndez Prado
Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas
Escuela Superior Politécnica del Litoral
Campus Gustavo Galindo Km. 30.5 vía perimetral
Guayaquil-Ecuador




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