En el Ecuador durante
un poco más de un quinquenio, se han
generado una serie de medidas contra cíclicas bajo un marco de precios altos del petróleo y un esquema de dolarización, que han logrado mitigar algunos problemas del sistema
económico ecuatoriano; pero, las medidas de inyección de liquidez realizadas en
diferentes momentos, no han logrado frenar la salida de divisas al exterior por
el consumo de bienes importados y flujos financieros tendientes a dejar dólares fuera de la
economía.
Con ese reconocido
problema de liquidez que muestra el sistema ecuatoriano y la propuesta en el Foro Económico de marzo 2015 en el IAEN
(Instituto de Altos Estudios Nacionales) sobre la implementación de monedas
sociales y complementarias –MSyC- como alternativa para su fortalecimiento; se
vuelve necesario ampliar su análisis, revisando su pertinencia y la forma en
que pueden ayudar al incremento de transacciones en el país; evitando, la salida de divisas
constante que está afectando la liquidez de la economía y la estabilidad de la
moneda actual.
Con el impulso de MSyC , usualmente promovida por comunidades, se generaría una menor
presión hacia una moneda única y se lograría generar la liquidez perseguida vía velocidad del dinero
sin emisión monetaria como lo refiere la teoría monetaria tradicional y a la
que de paso, Ecuador no tiene acceso.
Publicado por Revista Gestión, sept 2015: Ver Artículo
Publicado por Revista Gestión, sept 2015: Ver Artículo
´ “El sistema financiero
actual está programado para que tarde o temprano colapse. Necesitamos poner en
marcha estas alternativas con monedas sociales complementarias para superar los fallos sistémicos.” Yasuyuki Hirota
´ “Si el dinero es de quien lo crea, cambiar las reglas es
posible”. Pau Llop
Qué son las
monedas sociales y complementarias MSyC
Las MSyC son un medio de intercambio con fines sociales, de
alcance inmediato, gerenciado por la comunidad. Su implementación diversa y
constante a la par del dólar –en el caso
de Ecuador- junto a su versión electrónica, ayudan a mitigar la presión sobre
una moneda única, fomentan la velocidad
en transacciones que se consideran necesarias para dinamizar la economía y
ayudan a reducir la salida de divisas
como consecuencia de ello.
Estos sistemas también se conocen
como sistemas monetarios paralelos, o paramonedas
y no nacen para reemplazar la moneda oficial
– algunos se redimen con la moneda oficial y otras crean una valoración
particular-, sino como un complemento
que permite generar un medio de aceptación y pago y con ello se movilizan
recursos locales improductivos u ociosos.
Según
Julio Gisbert Quero, las siguientes son formas de crear dinero social:
- Intercambio de productos y servicios
- Intercambio de dinero oficial
- A partir de productos reciclados y producidos artesanales
- Directamente, dinero fiduciario
- A partir de financiación colectiva, dinero comunitario
Según expertos, la generación
de MSyC puede tener muchas
explicaciones pero generalmente es propicia en entornos donde existe: 1) carencia de medios de pago –como lo hacen las
comunas alejadas del sistema financiero, sin bancarización-, 2)inflación
elevada, 3) elevadas tasas de interés asociadas a la moneda oficial,
4)Hiperinflación – como en Argentina cuando se generaron los “patacones” como
sistema paralelo-.
De todo ello, Francisco Cortez
García de Cajamar cita como características del sistema de MsyC, las
siguientes:
· Complementariedad
con la moneda oficial.
· Control efectivo del
sistema por parte de la comunidad (autogestión monetaria).
· Bajos o nulos tipos
de interés asociados a la moneda local.
· Crédito inicial para
fomentar los intercambios.
· Nacen de la voluntad
de los participantes: el dinero nace por el simple acuerdo de los miembros de
la comunidad que lo van a utilizar.
· Sencillez de los
sistemas, aunque no hay que obviar la complejidad que implica su funcionamiento
práctico.
· Son monedas de
vecindad.
· Moderada acumulación,
y por consiguiente menor desigualdad de la riqueza.
· Ausencia de inflación
(adecuación de la economía monetaria con la economía real).
· Complemento de un
sistema de crédito mutual o microcréditos.
·
Oxidación de la moneda.
Bernard Lietaer por su parte, como expositor del foro de marzo 2015 en IAEN, es un experto prestigioso que promueve el uso de
monedas complementarias, entre ellas la oxidación monetaria como una medida
efectiva de sostenibilidad de sistemas monetarios y entre su amplia producción
bibliográfica se destacan títulos como Money and Sustainability, The Missing
Link y Rethinking Money donde se pueden encontrar ideas que conmocionan la
forma de pensar tradicionales de quienes hacen política económica y monetaria.
Él lista algunos de
los posibles emisores MSyC y en ella se
reconoce que muchos sistemas como la acumulación de millas de aerolíneas,
clubes de compras y puntos, vistos hasta ahora sólo como programas de
fidelización de clientes, son de alguna manera, mitigadores del uso de la
moneda oficial contribuyendo a generar transacciones de compra-venta bajo sus
sistemas de valoración y retribución a sus clientes.
- Gobiernos Centrales.
- Gobiernos Regionales.
- Alcaldías de Ciudades.
- Agrupaciones de Empresas (por ejemplo WIR, clubes de millas, C3).
- Empresas individuales (supermercados)
- Asociaciones y Comunidades.
- Grupos culturales, sociales, ecológicos, etc.
Desde esta lista, Lietaer en su
libro Money and Sustainabilitiy- The Missing Link-, cita experiencias
desarrolladas desde el sector privado -sean asociaciones, empresas u ONGs -:
Doraland, Wellnes Tokens, Natural Savings, C3, Terra y desde el gobierno – municipal, central o regional-: Torekes, Biwa, Civics, ECOs. Él, en su
exposición hizo énfasis como recomendación para la implementación de C3 en
Ecuador al igual como lo ejecutan con éxito Brasil y Uruguay.
Interés
o no interés
El dinero, según Lietaer 2001, es
un acuerdo voluntario de la comunidad para la aceptación de “algo” como medio
de pago en sus transacciones; sin embargo, cuando de las funciones del dinero
se destaca la de “depósito de valor”
automáticamente presiona su escalada acumulativa apoyada por el interés.
El interés, por su parte, como lo
reconocemos hoy de manera natural, no siempre fue así y él menciona que en las
economías islámicas el interés no puede ser incluido en el orden moral ni en la
lógica económica. Y en las tres
grandes religiones monoteístas, sin excepción, la usura es desaprobada y condenada
por sus respectivos órdenes morales. Por ello, quienes defienden la economía
solidaria en la que se basan las MSyC culpan al interés de
provocar disfuncionalidades y perversiones económicas-morales dado que promueve
la concentración desproporcionada de la riqueza, fomenta la competencia
sistemática y propicia el crecimiento económico interminable.
El interés compuesto genera la
curva exponencial de la acumulación y de la desigualdad perenne entre los
hombres y con ello la inflación; la multiplicación exponencial del propio dinero
que impone la ley del interés compuesto; los intereses encubiertos asociados a
todos los productos que consumimos; la desigual posición, y, por tanto, los
desiguales beneficios de los distintos agentes ante la ley del interés, etc..
La mayor parte de estos problemas asociados al dinero, entendido en su acepción
más capitalista, han sido magistralmente expuestos con un mayor detalle por
diversos economistas, entre los que se destacan Silvio Gesell (1958), de
Margrit Kennedy (1988) y de Bernard Lietaer (2001).
El precursor de las MsyC y de la oxidación de la moneda, Silvio Gessel
con su libro The Natural Economic Order-1916-
refiere a la oxidación (caducidad) como una suerte de tributo, de carácter no recaudatorio,
que evita la acumulación del dinero porque al
estar gravada la tenencia de la moneda incentiva su circulación rápida y fomenta el intercambio. La célebre tasa Tobin,
relacionada con el control de cambios en el ámbito internacional, no es sino
una aplicación concreta al tráfico internacional de capitales de las teorías y
de las ideas de Silvio Gesell, según Cortéz García.
Un
poco de historia de MsyC
Los sistemas monetarios y
financieros convencionales, asociados al sistema capitalista, han sido objeto
de numerosas críticas y responsables de importantes crisis según sus
detractores. A partir de la debacle bursátil y deflacionista de 1929, como
prueba de la debilidad estructural del sistema, surgieron las primeras
iniciativas modernas de MsyC donde muchas
comunidades se vieron a obligadas a crear monedas de emergencia para paliar los
efectos de la escasez de moneda oficial.
La historia muestra iniciativas
de desarrollo de monedas locales también, Lietaer en su obra (2005, pp.
263-264) menciona que poblaciones norteamericanas antiguas, utilizaron insólitos sustitutos de la
moneda oficial, como colas de conejo y liebre (Olney, Texas), pequeñas conchas
marinas (Pismo Beach, California), o, incluso, discos de madera (Petaluma,
California. En el antiguo Egipto se crearon monedas locales y su desarrollo se asocia
a la bonanza económica del lugar. En la Edad Media y en el sistema feudal se
crearon este tipo de sistemas monetarios, donde las grandes catedrales de la
Europa del Medioevo fueron financiadas con
breakteats o monedas locales y los trabajadores fueron remunerados con
ellas.
Los sistemas que
murieron de éxito.
La
experiencia Woergl (1932 , Austria) y Wara
(1931, Alemania) fueron de implementación exitosa pero por presiones del
sistema bancario centralizado y del dinero oficial aún recelosos del sistema
que se replicaba en muchos otros sitios, delimitaron su fin y con ello se
generó la frase de que el modelo de Woergl
y Wara murieron de éxito.
Durante la Gran Depresión, en
Woergl un pueblo Austriaco de 5 mil habitantes con problemas de desempleo y sin
oportunidades de recuperación económica para generar infraestructura que
promueva el desarrollo, su Alcalde como seguidor de las ideas de Silvio Gessel
en torno a la oxidación monetaria –con duración finita y conocida- emitió “Schillinge libre”, una especie de
moneda o bono municipal destinado a financiar las inversiones públicas en el
municipio sin intereses y convenció a los comerciantes del pueblo para que sean
aceptados como billetes complementarios en sus transacciones diarios,
reforzando su uso mediante el pago de sueldos con Schillinge-libre a los funcionarios
municipales.
Adicionalmente, para elevar la
velocidad de transacciones, incorporó su oxidación, perdiendo un 1% mensual del
valor original por lo que a cabo de un año ese 12% de oxidación (caducidad)
generaba un tributo o contribución (clásico señoreaje actual) que permitía
financiar los proyectos municipales; es decir, se lograba velocidad porque al
saber que perdía valor , este rotaba más rápido y de paso generaba una
recaudación indirecta.
El éxito de este experimento
trascendió y se replicó en fronteras del
que se cita adicionalmente como logro, la reducción del desempleo en un 25% en
un contexto donde el desempleo aumentaba entre sus vecinos sin MSyC.
Por su parte en Wara, un pueblo minero alemán con 500
habitantes se logró reactivar su economía dado que la MSyC “wara” respaldada en
la producción minera, permitía el pago de alimentación y servicios en un
lugar donde no había otra moneda, los comerciantes se resignaron y la aceptaron
como medio de pago. Su oxidación era
del 2% mensual como una representación de su costo de almacenamiento y
acumulación. Según estadísticas oficiales
el Wara permitió salvar la mina, incrementando negocios y empresas; y, permitiendo que más
de dos millones de personas manejaran de forma cotidiana la moneda.
Estos dos referentes murieron de
éxito, el Wara en 1931 con el Banco Central Alemán receloso de este sistema de
monedas complementarias, lo declaró definitivamente ilegal a pesar de tratarse
de una moneda no inflacionaria anclada al
precio del carbón
Pese a ello, en 1934 en Suiza se
generó el Wir- Nosotros- que es la más relevante de las monedas iniciales, dado
que aún funciona en la actualidad aunque ha tenido que adaptarse a cambios para
su permanencia. En 1948 dejó de ser oxidable y pese a que sus inicios fueron
como una cámara de compensación comunitaria hoy es un Banco Cooperativo que
cuenta con unos 100.000 socios en este
país y moviliza una economía de unos 2 millones de euros, permitiendo el desarrollo
de numerosas micro y medianas empresas.
Sus clientes operan en un sistema
cerrado sin requerir el franco suizo
como moneda oficial por lo que es especialmente interesante para atraer nuevos
clientes y miembros a la organización bancaria y sus tasas de interés son más bajas –desde que se
dejó de oxidar- que las del Franco Suizo. La tendencia ha demostrado que el uso
del wir se incrementa cuando
hay decrecimiento en la economía y se reduce cuando se percibe un mayor
crecimiento en ella.
En esa línea, en la
Unión Europea existe una política regional que impulsa monedas sociales y regionales. Alemania
cuenta con más de 60 de ellas y en Francia cuenta con seis regiones
aplicándolo.
La generación de versiones de Monedas complementarias es
amplia aunque el principio no cambia: fomentar la velocidad en transacciones
que se considera necesaria para dinamizar la economía y ayudar a implementar un
sistema de pago con una moneda nueva que coexiste con otros sistemas
monetarios. A continuación se resumen otras iniciativas:
Local Exchange
Trading Systems (LETS), British Columbia 1983. Actualmente presentes
en 24 países y agrupan en torno a 250.000 miembros. Es un sistema bancario
paralelo basado en una moneda sin fluctuación que impide que la riqueza salga
del ámbito local, es un crédito-débito cuya unidad de intercambio en su origen
fue el Green-Dollars. Las personas se inscriben ofertando habilidades, bienes o
conocimiento, y a su contribución se le asigna un valor. El sistema no tiene
una existencia física, y es la capacidad productiva total de la comunidad es la
que da respaldo y garantía a la moneda.
Ithaca Hours, Paul
Glover, 1990. Formado por unos 2.000 miembros
que aceptan horas a cambio de bienes y servicios. Las horas en Ithaca valen USD
10 y los comercios que están de acuerdo en entrar en el sistema reciben un crédito
inicial para fomentar los intercambios. Es un sistema cerrado para los miembros
con un banco que regula y ofrece información
a los usuarios actuales y potenciales.
Los clubes de
trueque, Argentina, 1990 .Comenzaron con un par de decenas de personas y en menos
de 5 años ya contaba con unos 800.000
miembros de todo el país. Se tratan de asociaciones de ayuda mutua basadas en
el trueque de productos y servicios.
Time Dollars
(www.timedollar.org) , Edgar Cahn, 1986. Implantado en torno a 40 estados
de la Unión (USA) y base para el desarrollo del Banco del Tiempo. Moneda local
que utiliza el tiempo como unidad y valor. Combina el concepto de trueque con
el de voluntariado por lo que transforma en poder de compra el tiempo libre de
las personas. Se transforma trabajo voluntario en trabajo cuantificado e intercambiable.
Por su parte en
Ecuador, en la ciudad de Loja noticias de un diario local de noviembre de 2013
presentan una experiencia piloto sobre Banco del tiempo, promovida en el
Ministerio de Justicia de esa localidad.
En la actualidad conectando la
experiencia internacional con la nacional debe citarse a a STRO (Social Trade
Organisation) de los Países Bajos, una red que crea sistemas monetarios
comunitarios alrededor del mundo y que
en Ecuador tuvo gran cobertura mediática su impulso a las UDIS
(Unidad de Intercambio Solidario) junto a la Fundación Pachama, la Red Nacional
de Finanzas Populares y Solidarias del Ecuador (Renafipse). Estas UDIS servían
para la adquisición de productos de ciertos locales de la zona pero tuvieron
restricciones para su desarrollo porque su generación no era por un colectivo
como asociación sino que se promovía por la Cooperativa Integral que era parte
del sistema Financiero Nacional y allí su promoción contrariaba la ley respecto
a la emisión única del Gobierno y el principio de asociación que es la
principal fuerza y razón de las monedas sociales.
UDIS junto a STRO, según Donate Zúniga de Comal , circula en
forma paralela a la moneda nacional en unos 35 países en el mundo, en el caso
particular de Honduras, La UDIS tienen tres medidas de seguridad: reflectores
ultrarrojo, marca de agua y un código de emisión.
La iniciativa fue muy buena pero el quién lo promovía en
Ecuador fue su principal debilidad.
La propuesta de monedas complementarias y sociales en
Ecuador
En el cuadro siguiente se recoge la idea central, donde la realidad de una moneda principal y con
base electrónica se acompaña el uso del cuasi-dinero y de monedas
complementarias sociales como medidas efectivas en la generación de la liquidez
requerida para dinamizar la economía ecuatoriana.
En MsyC, el sentido de comunidad puede
sustituir al Capital y la priorización
de la velocidad versus oferta monetaria.
Según Lietaer, “la dolarización
ayuda a mejorar las cifras macroeconómicas, generalmente de economías duales,
pero, en muchos casos, no supone un estímulo para la economía local. La
dolarización implica aumentar la escasez del dinero, por lo que ésta se convierte
en un verdadero obstáculo para la promoción del desarrollo local y comunitario.
En este sentido, los sistemas monetarios complementarios vendrían a paliar los
efectos de esta escasez aumentada por la polarización”.
Trond Andersen, también expositor en IAEN marzo 2015, menciona en uno de
sus artículos que “El
dinero electrónico puede ayudar a
contener a una economía sobrecalentada principalmente a través del
control de la velocidad y no de la oferta del dinero. Este es un tema necesario
a explorar y convencer a los académicos y tomadores de decisiones que tener déficits presupuestarios de gobierno:
necesarios, grandes y persistentes en economías deprimidas, no es
"irresponsable" y no tiene por qué implicar una fuerte inflación en situaciones posteriores de
bonanza económica.”.
Con ello, la propiedad de velocidad referida por Andersen para el dinero
electrónico es aplicable también a las monedas sociales, porque ayudan al
aumento de esa velocidad perseguida en condiciones puntuales de restricción
para el aumento de oferta monetaria que es lo que tradicionalmente se
perseguiría ante un evidente déficit presupuestario.
De las experiencias de sistemas de dinero
electrónico privados y de lo conocido en el Encuentro de Bancos Centrales en
Sudáfrica 2010; el Ecuador ha tomado una vía segura, en cuanto a lo que
velocidad se refiere, con la implementación del dinero electrónico coordinado
por el Estado. Esta forma de administración
salvaguarda principios de soberanía y elimina problemas de
interoperabilidad que tienen los sistemas privados aplicados en la mayoría de
los países que cuentan con emisión
electrónica.
En la línea de fortalecer la velocidad del dinero sin recurrir al
aumento de emisión monetaria, las monedas sociales complementarias que puedan
desarrollarse en paralelo como acompañantes
del dólar, moneda oficial por más de una década, es parte de la
motivación que se requiere generar para que desde ONG’s organizaciones no
gubernamentales, comunidades, clubes, etc., se pueda impulsar su uso como
complemento.
Por ello se requeriría integrar esfuerzos de la ciudadanía y
comunidad en general, para mitigar la
presión que actualmente tiene el dólar tanto en su uso como en la salida de
divisas.
En monedas sociales
y medios de intercambio alineados con estos resultados se
pueden analizar alternativas de: oxidación monetaria, club de trueque,
programa de fidelización como puntos y millas, banco del tiempo, etc.
Por ejemplo, la
oxidación monetaria según explican los expertos, consiste en la emisión de un
“papel moneda”, usado como medio de intercambio complementaria, que en forma periódica se va depreciando o
reduciendo en valor;. La oxidación rompe
el concepto del dinero tradicional que tiene un valor constante, que se atesora
y que demanda un interés por su uso para
aumentar los niveles de riqueza de quien
lo acumula; todo esto, contra una moneda expirable en fecha conocida que circula velozmente con el fin de usarlo
en el consumo más que en la acumulación.
Una consecuencia importante en su implementación es que además de
aumentar la velocidad redunda en una paulatina reducción de tasas de interés ya
que con su expiración se disuade la
conducta de atesoramiento o acumulación.
Otra opción
explorable es el Banco del Tiempo,
que consiste en un sistema comunitario centralizado de administración del débito y crédito de horas de trabajo; por
ejemplo, horas de un contador contra servicio de plomería, de un abogado que
requiere clases de inglés, etc., y en ello se descarga la presión de uso de
monedas y se aumenta la velocidad
transaccional. Para su desarrollo se requiere el trabajo organizado de un agente administrador, que
puede ser desde un líder barrial, una municipalidad, etc.; que actúe como
sistema de control y asegure rendición de cuentas para la transparencia del
sistema. Internet es un gran aliado para el desarrollo de estos sistemas que
permita la inclusión, transparencia y control.
Según Cortéz García, existen softwares libres,
que permiten automatizar las transacciones como si de un banco se tratara, y,
obviamente, la unidad de cuenta es la hora. A través de ese software se puede
abrir cuentas corrientes, se pueden pedir préstamos, etc. El desarrollo de
dicha aplicación, que se va perfeccionado a través de sucesivas versiones,
pretende facilitar la creación de bancos del tiempo en los distintos ámbitos de
asociaciones y comunidades para el desarrollo de servicios habituales como asistencia
en el hogar (atención a niños, mayores, cocina...), la educación (clases
particulares), las reparaciones, los consejos, la compañía, el transporte y el
desplazamientos (recados), las actividades recreativas, etc.
Los clubes de compra de millas también
ayudan a aligerar la presión sobre el uso de moneda cuando bajo sistemas de
acumulación de puntos (medio de intercambio) por ejemplo, permiten que sus
miembros puedan canjearlos con otros servicios y productos. Este enfoque
visto más como un sistema de
fidelización comercial puede impulsarse como un medio de promoción de liquidez
monetaria donde su coexistencia es favorable a la economía; por ello, es un
tema relevante a difundir y promover desde quienes hacen política económica.
La propuesta de Lietaer para Ecuador es mucho más específica y la
denomina C3: algo como el WIR de Suiza como moneda contra cíclica pero
sumado a su convertibilidad. Su análisis
se basa en que las PYMEs son
presionadas para que paguen rápidamente (por ejemplo 30 días) pero éstas
reciben sus pagos lentamente (por ejemplo 90 días) y los Bancos no están
interesados en financiar esta brecha, pero él considera que aquí la
implementación del C3 o “wir convertible” permitirá que su tenedor pueda cambiarlo
a USD con costos (intereses más gastos bancarios) o puede pagar a sus
proveedores en C3 sin costos. Adicionalmente, con ello se puede generar una expansión
en los negocios .
Conclusión
La composición del
ingreso que se concentra en un producto
vulnerable a fuerzas de mercado, estrategias geopolíticas y especulación
vuelven reactiva a la economía de cualquier país, que atado a la adopción de
una moneda extranjera como propia, cuyo
circulante se drena como el mejor de los “activos exportables”, generan el
marco propicio para mantener en zozobra constante a los responsables de
política económica. Diversificación en ambos casos, sería la clave para generar
libertad de maniobra.
El avizoramiento de
una crisis genera oportunidades y esta vez la más importante es la de
concertación nacional, reconocer que el trabajo de mitigación del problema
actual requiere el compromiso y acción de todos sus actores: sector público y
privado, gobierno y ciudadanía; cada uno dentro de sus roles. Por ello, la administración pública debe concertar y
difundir acciones sencillas para el uso del dinero electrónico como ya lo viene
haciendo desde el estado y de las
monedas complementarias para su fomento y desarrollo desde la comunidad;
esfuerzos y actividades complementarias, que permitan fortalecer la estabilidad
económica y monetaria, tarea dinámica y constante que nos atañe y favorece a
todos.
Por su parte, las nuevas
tecnologías permiten reforzar las redes sociales y la implementación de
sistemas monetarios complementarios. Un ejemplo claro es la proliferación de
los bancos del tiempo.
Según Lietaer, Ecuador tiene obligación de inventar nuevos modelos
de desarrollo sobre innovaciones
monetarios ante su evidente dependencia del dólar y petróleo, puede convertirse
en pionero del siglo 21 no sólo digitalizando el dólar (dinero electrónico)
sino promoviendo una palanca fiscal descentralizada con monedas complementarias que el den valor
y movimiento a la economía quitando presión al papel moneda actual.
La implementación de
monedas sociales, ha sido una forma natural de desarrollo con vastos ejemplos
de éxito alrededor del mundo de principios del siglo 20 y como complemento al
manejo electrónico del dólar por parte del Estado, se recomienda el impulso a
la generación de iniciativas desde la comunidad, ONGs, clubes, grupos
barriales, que como conglomerados tomen conciencia que es una forma de
desarrollo óptima y que con el sentido de comunidad se puede sustituir al
Capital fortaleciendo una vez más el sistema monetario ecuatoriano, por quitar
la presión de demanda en una moneda única logrando la velocidad requerida y
hasta con suerte, la reducción paulatina de tasas de interés.
Mariela Méndez Prado
Facultad de Ciencias Sociales y
Humanísticas
Escuela Superior Politécnica del Litoral
Campus Gustavo Galindo Km. 30.5 vía perimetral
Escuela Superior Politécnica del Litoral
Campus Gustavo Galindo Km. 30.5 vía perimetral
Guayaquil-Ecuador
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