Please feel free to read and cite any published document: Silvia Mariela Méndez Prado, smendez@espol.edu.ec ESPOL Polytechnic University, Escuela Superior Politécnica del Litoral, ESPOL, Faculty of Social Sciences and Humanities, Campus Gustavo Galindo Km 30.5 Vía Perimetral, P.O. Box 09-01-5863, Guayaquil, Ecuador.

domingo, 12 de junio de 2016

Economías compartidas, un cambio de paradigma en la medición del crecimiento económico: AIRBNB, UBER, entre otros.

La presencia de economías informales, generan una distorsión en la cuantificación de resultados macroeconómicos ya que en ausencia de estadísticas formales sólo una parte se evalúa y sobre ella se legisla, analiza y concluye; por lo que la gestión de recursos con un alto componente de ella afecta las mediciones de crecimiento y de recaudaciones impositivas.

En este campo de la informalidad se encuentra otro espacio para el desarrollo de la economía colaborativa/compartida EC, impulsada en la necesidad de ahorrar luego de la Crisis Financiera del 2008 y que en Europa se viene afianzando en el último quinquenio.

La afectación de las economías informales ya se viene constatando en países de Latinoamérica donde en base a información proporcionada por la Organización Internacional del Trabajo en promedio el 47,7% no está siendo explicado y en Europa con una política de recaudación de impuestos estricta, en la mayoría de países donde se implementan negocios de consumo compartido las leyes los restringen en pro de las industrias legalizadas, sosteniendo que eluden normas locales, como el pago de tasas turísticas y controles gubernamentales. Tan solo en Irlanda, Francia y parte de la India este mercado tiene una mayor apertura por parte del Estado.
Publicado por Revista Vistazo,  julio 7 2016: Ver Artículo


Según Moisés Bittan, las ECs replantean nuevas formas de intercambio, préstamo, renta, regalo y colaboración, a las que ya existían; soportadas en el uso de las redes sociales y plataformas digitales de internet que son claves para su florecimiento y la generación consecuente de comunidades temáticas. Reconoce el autor 3 sistemas generales: basado en productos, mercados de redistribución y estilo de vida colaborativo.

En el de productos, se paga por su acceso y uso sin necesidad de comprarlo y poseerlo (propiedad). Con ello, cambia el modelo de propiedad privada individual y reduce la huella ecológica asociada a la fabricación, tendiente a reducir la fabricación por lo que los productos deben ser más resistentes, reparables y muy eficientes en su uso de energía y materiales, en vista de su prolongado y constante funcionamiento.

En los mercados de redistribución los bienes son de segunda mano o adquiridos de manera gratuita, por intercambio o por venta. En ellos se puede incrementar la huella ecológica por transporte con la posibilidad de caer en la trampa de compartir bienes o servicios que no se necesitan.

En los estilos de vida colaborativos, individuos unidos por intereses comunes comparten o intercambian bienes no materiales o menos tangibles: tiempo, espacios, habilidades, etc. Éstos, son la forma más social y ambiental de entender el consumo colaborativo, menos ligada a las motivaciones empresariales y más a las de defensa del entorno y la calidad de vida.

Los hábitos de consumo de a poco van cambiando a través de la economía del compartir, esto implica transformaciones en el aspecto regulatorio y normativo, y que sin lugar a dudas posee principios concentración en unas pocas organizaciones que encuentran el beneficio de ser el nexo entre usuarios que poseen necesidades comunes.

Considerando la globalización, acceso al internet y la facilidad de conexión en redes sociales, iniciativas como Uber, Airbnb, Blablacar, Taskrabbit, Bizpora, Kickstarter, Indiegogo, Bookmoch, Knok o YesWePark no sólo aumentan la brecha de medición regular sino que proponen un cambio en la forma de evaluación de ese crecimiento por medios tradicionales, además de la modificación en la técnica de cálculo y de la tendencia a incluir estas formas online de hacer comercio y generar transacciones.

En países latinoamericanos como el nuestro, algunas de estas formas mencionadas de economías compartidas se van afianzando paulatinamente como Airbnb y otras con menos éxito como Blabacar en las que influyen temas idiosincráticos para su desarrollo.

El dinero electrónico, sistemas de banca móvil y monedas sociales complementarias en general también encuentran vías de crecimiento y aceptación como herramientas útiles para el cierre de transacciones en EC. 

En el caso particular de AIRBNB, según información pública en web, el sistema tuvo sus primeros pasos en California EEUU y en el 2012 su cobertura se extendió gracias a la apertura de 6 oficinas internacionales en: Paris, Milán, Barcelona, Copenhague, Moscú y Sao Pablo. Su cobertura potenciada por plataformas digitales han permitido que en países como Holanda y Francia cuenten con el incentivo estatal de desarrollo porque se la ha excluido de normativas que regulan a los apartamentos turísticos, dando así una oportunidad de desarrollo de este segmento de mercado. 

Ante esta muestra de economía colaborativa y en donde el lema común es: “lo mío es tuyo por una pequeña cuota”, ¿Cuál es la ventaja de Airbnb en cuanto a hospedaje respecto a un hotel, hostal o bed and breakfast? Su fortaleza se desarrolla desde un sistema de transacción cerrado para los partícipes y donde el que oferta en alquiler la vivienda en cualquiera de sus formas (casa, apartamento, dormitorio) en tiempo flexible (días/semanas/ meses, etc.) permite que el proceso de evaluación previo y post servicios sea bidireccional, para garantizar la calidad del servicio ofrecido evaluando al oferente y demandante de la solución habitacional. 

Las partes tienen toda la información disponible para elegir dinámicamente no sólo el mejor lugar por ubicación, precio y calificación; sino, que quien oferta el espacio está en capacidad de evaluar el desempeño previo del huésped en otros lugares similares. Allí radica una de las fortalezas del sistema en lo concerniente a transacción. El que alquila y oferta en alquiler elige su contraparte apoyado en las previas de desempeño, dejando fuera de margen a factores que interfieren en la decisión de estadía como la desconfianza o inseguridad. El riesgo no se elimina, es latente como en las otras formas de hospedaje pero al contar con más información, se reduce.

En el modelo, hotel, hostal B&B de mayor a menor escala de inversión según las páginas web de contratación o de acceso directo por el cliente en la web oficial del establecimiento, siguen la misma dinámica de evaluación pero sólo al que oferta el servicio, que si bien es cierto permiten que se fijen parámetros acerca de la calidad de servicio hotelero, no es información suficiente. 

Adicionalmente el sistema tiene un mecanismo de fidelización de usuarios ya que por el aumento de referidos que usen la red para ofertar habitaciones o para usarlas, reciben una compensación económica a utilizarse en futuras transacciones. 

Dentro de la forma de pago, Airbnb maneja un sistema de transferencia electrónica de dinero entre huéspedes y anfitriones que en primera instancia inicia con el pago a la compañía por parte de los huéspedes al momento de reservar un alojamiento, este sistema protege ambas partes a través de las condiciones del servicio, política de reembolso al huésped entre otras políticas adicionales. Por ejemplo, se pone a disposición de los anfitriones el dinero luego de 24 horas de arribo al lugar por parte de la persona quien hizo la reservación. De la misma forma, automáticamente se aplica un conjunto de tarifas de servicio en cada transacción y en ciertos casos impuestos determinados por las autoridades del país.

En el caso de la red de transporte privado UBER, según fuentes públicas en la web, el sistema inició en el año 2009 con sede en California EEUU y gracias a su aplicación móvil la cobertura se potenció también y con mayor fuerza en: Francia, España, Reino Unido, India, Singapur, China y Brasil; en donde en su mayoría no posee regulación pero funciona con normalidad.

El mecanismo básicamente consiste en el empleo de tiempo libre de las personas que ofrecen el servicio de transportación, con un sistema de conexión y localización geográfica que de forma eficaz permite la oferta del servicio. Desde el 2012 el sistema agregó una variada gama de selección de vehículos, expandiéndose a UBER regula, Deluxe, Uber BLACK, Uber POOL y VIP, la tarifa dependerá del tipo de auto a usar y la diferencia de costo es hasta el 60% comparados con el precio de mercado del sistema de taxi convencional.

Las críticas al sistema se basan en la información para la oferta y la competencia desleal. Por parte del usuario, la queja es que las tarifas se ofrecen como referencias de rango con lo cual el precio no se conoce hasta que se concrete el recorrido y por parte de las compañías de transporte privados que Uber por ser un servicio informal no incurren en costos de legalización, controles de calidad, seguimientos del regulador como lo hacen las compañías formales. 

En el caso de Blablacar, el sistema con sede en Francia centra su concepto en la facilidad de lograr una interacción entre una red de autos privados que funcionan con apps de localización dinámica y que comunican sus ofertas de viajes fuera de la ciudad, su deseo de ser acompañado y el costo de gasolina, peajes etc. Lo comparte por toda la jornada de viaje o parcialmente por donde lo requiere, se utiliza sobre todo para desplazamientos mayores y el concepto es abrir la oportunidad de compartir gastos del viaje. Su mayor presencia se da en los países de: España, extendiéndose luego por Reino Unido, Portugal, Polonia, Alemania, India y Rusia. 

Uber y Blablacar, en el caso de transporte y Airbnb en el caso de hospedaje, son sistemas dinámicos amigables que permiten la adhesión de más personas por las facilidades en el pago, información sobre las partes y sobre todo porque se puede hacer una evaluación del servicio bidireccional, se basan en la credibilidad y en ello las redes sociales dan cuenta paralela de las oportunidades de creación de servicios. Años atrás, sin ellas, era menos posible la aceptación que van teniendo.

La idea general de estos servicios es concertar a personas naturales de manera informal para la oferta y cierre de servicios, sin necesidad de una formalización de transacciones, abaratando costos de cierre y también permitiendo la inclusión de más personas en el sistema, y en el caso de Blablacar tener la oportunidad de reducir un 30% la cantidad de vehículos que circulan, proporcionando así un impacto positivo al ambiente.

El negocio de compartir como mercado global parece prometedor y rentable, su valoración es de 90.000 millones de euros según cifras de The Washington Post. En particular el negocio hotelero empieza a tener una fuerte competencia frente a la innovadora forma de intercambio de beneficios huésped-ofertante de alquiler de AIRBNB donde su valoración es superior a la cadena de hoteles Marriott. Por su parte, en el ámbito de transporte según “The Wall Street Journal”, a base de las estratégicas rondas de financiación UBER se posiciona como la startup privada más valorada con una estimación de aproximadamente 50.000 millones de dólares.

El sentido de socialización también se hace evidente ya que según una encuesta realizada por la empresa especializada en investigación de mercados Ipsos a pesar de que el 61% de los que han compartido sus propiedades confiesa que el principal motivo es el de obtener un dinero extra, el 36% afirma que el factor de ayudar a otros también era importante.

Los pagos son flexibles, desde el cobro por tarjeta de crédito, PayPal o hasta efectivo para concretar el servicio, teniendo como principal objetivo la protección del usuario y desarrollando políticas de reembolso.

Por la dinámica y facilidades para el cierre de la transacción, estos mecanismos han desarrollado mucha acogida, son sistemas amigables de transacción sin complicaciones de registro y muchos de ellos apalancados en perfiles preestablecidos como Facebook, Gmail, Hotmail, etc. La fácil apertura e interacción se vuelven ejes centrales de dicha economía en donde cada vez se dá menos importancia a la propiedad de las cosas y más a su acceso.

Mas allá de tratar de demostrar la operativa de cada uno de estos sistemas lo importante en este punto es reconocer la dinámica de economías compartidas/colaborativas donde los individuos acuerdan sin intermediarios y donde se demuestra que ésta es una nueva tendencia de hacer negocios y de suplir necesidades; por ello, ante su presencia, se vuelve necesario repensar la forma de evaluar el desarrollo económico de un país o una región. 

Repensar que esta economía digital desarrollada por y para las personas, tiene un impacto en el que aún los modelos tradicionales no los reconocen en su verdadera dimensión. Se describe que este mercado libre tiene una mayor capacidad de ajuste y reacción ante cambios circunstanciales. 

Por ejemplo, para las administraciones tributarias su dinámica de cierre imposibilita el control para la recaudación tributaria por lo que en especial el llamado hacia ellos. La búsqueda de alternativas de adjudicación del tributo va más allá de la disputa de si la fuente o la residencia, hay una economía digital, originada en lo compartido o colaborativo, que propone otra variable de evaluación: el IMEI (International Mobile Station Equipment Indentity. Identidad internacional de equipo móvil) que actúa como un código pregrabado en los teléfonos móviles como identificador; o, la cuenta electrónica sea de débito o crédito que refiera su cobro o pago transaccional. La herramienta electrónica es un tema a tratar pero primero debe ser su inclusión en los temas de análisis sobre el impacto que tienen.

La regulación de estos segmentos, su inclusión, mediante auditorías digitales, en la economía formal o al menos el trato impositivo que se les dé, permitirán hacerlos partícipes de la recaudación tributaria global y en el sinceramiento de los indicadores de desarrollo y bienestar.

Se espera que en Ecuador no se dé la contención a su desarrollo, sino que se prevean los mecanismos de formalización de ellas.

Por:

Mariela Méndez Prado. 
smendez@espol.edu.ec
Profesora de Finanzas de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas.

No hay comentarios: